La EPOC se caracteriza esencialmente por una limitación crónica al flujo aéreo poco reversible y asociada principalmente al humo de tabaco. Se trata de una enfermedad infradiagnosticada, con una elevada morbimortalidad, que supone un problema de salud pública de gran magnitud.

Cada año mueren en España 18.000  personas por causa de esta enfermedad, un hecho que la convierte en la primera causa de muerte por enfermedad, no cancerosa, evitable en nuestro país. Además, es la única patología relacionada con el tabaco cuya mortalidad sigue aumentando. Aunque no es curable, un diagnóstico precoz permite iniciar el tratamiento para frenar su evolución.

Dejar de fumar es la medida más eficaz; aunque el uso de broncodilatadores, mucolíticos, antibióticos, o el uso de oxígeno, ayudan a controlar los síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes.Su origen es principalmente el tabaquismo (entre el 85-90% de los casos, aunque no es el único), pero a menudo, los síntomas (tos, expectoración, pitidos, ahogo…) son atribuidos a otras patologías (o directamente a efectos directos del tabaco), o a efectos de la edad, sin llegar a considerar que son síntomas de una enfermedad en desarrollo, que es crónica y mortal.

Su presentación clínica es muy heterogénea, y dentro de lo que hoy denominamos EPOC se pueden definir diversas formas clínicas o fenotipos con diferente repercusión clínica, pronóstica y terapéutica.