Los investigadores del estudio han observado una reducción del riesgo de ictus en pacientes tratados con AVK del 28 por ciento, especialmente en aquellos con un elevado riesgo de sufrir este evento.

También han observado un aumento de hemorragia digestiva en los pacientes tratados con antiagregantes plaquetarios.

Teniendo en cuenta estos resultados, los investigadores del estudio concluyen que "cuando los pacientes tienen un riesgo individual elevado de sufrir ictus, la mejor opción terapéutica es la anticoagulación oral clásica".