Los resultados del ensayo con un tipo particular de células T que se dirigen al tumor, conocidas como linfocitos infiltrantes de la médula ósea, se describen en la nueva edición de 'Science Translational Medicine'. "Lo que hemos aprendido en este pequeño ensayo es que un gran número de MILs activos pueden atacar selectivamente y matar las células de mieloma", resume el inmunólogo de Johns Hopkins Ivan Borrello, director del estudio clínico.

Para el ensayo clínico, el equipo de Johns Hopkins congregó a 25 pacientes con mieloma múltiple recién diagnosticado o recidivante, aunque tres de los pacientes recayeron antes de que pudieran recibir la terapia de MILs. 

Los científicos recogieron MILs de la médula ósea de cada paciente, las cultivaron en el laboratorio para ampliar su número, las activaron con perlas microscópicas recubiertas con anticuerpos activadores inmunes e inyectaron por vía intravenosa a cada uno de los 22 pacientes con sus propias células.

Varios días antes de las inyecciones de MILs, los pacientes recibieron dosis altas de quimioterapia y un trasplante de células madre, los tratamientos estándar para el mieloma múltiple.

Un año después de recibir la terapia de MILS, 13 de los 22 pacientes tenían al menos una respuesta parcial a la terapia, lo que significa que su cáncer se había reducido en al menos un 50%.

Siete pacientes experimentaron al menos una reducción del 90% en el volumen de las células tumorales y vivieron en promedio 25,1 meses sin progresión del cáncer. Los 15 pacientes restantes presentaban un promedio de 11,8 meses libres de progresión después de la terapia MILs.

Ninguno de los participantes tenía graves efectos secundarios de la terapia con MILs y la supervivencia global fue de 31,5 meses para los que experimentaron una reducción de la enfermedad a menos del 90%, pero esta cifra no se ha alcanzado aún en aquellos con mejores respuestas. El tiempo medio de seguimiento es actualmente de más de seis años.