Las personas dependen de las ondas eléctricas para regular el ritmo de los latidos del corazón, de forma que cuando esas señales se tuercen, el resultado es una arritmia potencialmente fatal. 

Tanto las células cardiacas en el corazón como las neuronas en el cerebro se comunican mediante señales eléctricas y estos mensajes de comunicación viajan rápidamente de célula a célula como 'ondas de excitación'.

Para las personas que tienen probelmas cardíacos existen varias opciones para mantener estas ondas bajo control: los dispositivos eléctricos (marcapasos o desfibriladores) o distintos medicamentos. 

Sin embargo, estos métodos pueden detener o iniciar ondas pero no pueden proporcionar un control preciso sobre la velocidad y la dirección de las ondas. Esto es como ser capaz de arrancar o detener un barco, pero no tener la capacidad de dirigirlo.

Por eso, con este nuevo descubrimient0, el equipo de investigación se propuso encontrar maneras de dirigir las ondas de excitación con herramientas del campo en desarrollo de la optogenética, que hasta ahora se ha utilizado principalmente en la ciencia del cerebro. 

En el corto plazo, la capacidad de proporcionar un control preciso significa que los científicos son capaces de llevar a cabo experimentos en un nivel de detalle que antes sólo estaban disponibles mediante modelos informáticos.

Ahora pueden comparar esos modelos con experimentos con células reales, lo que podría mejorar nuestra comprensión de cómo funciona el corazón. La investigación también se puede aplicar a la física de estas ondas en otros procesos.