La base del desarrollo es que "cada cáncer tiene un patrón de metilación distinto", explica el científico. Con el dispositivo se identifican estas huellas epigenéticas, y se "compara con las 10.000 fotos de tumores humanos que tenemos", según afirma.

Estas imágenes corresponden a los 40 tipos de cáncer más frecuentes. Con ello se pretende solucionar un problema: "Los tumores de origen desconocido son uno de los 10 más frecuentes", afirma Manel Esteller.

"Debutan ya con metástasis, y el oncólogo se encuentra con un tumor en ganglios, costillas o piel que no encajan con ese tejido". En estos casos es fundamental saber cuál es el cáncer primario porque es el que corre más prisa tratar.

El investigador explica que este tipo de tumores tienen un mal pronóstico porque se diagnostican tarde y muchos de los enfermos fallecen a los seis meses tras haberles diagnosticado la enfermedad.