Los resultados difieren de las personas que son portadoras de un gen relacionado con la enfermedad de Alzheimer, llamado APOE4, que afecta a alrededor del 20% de la población. 

Los que tienen el gen, tenían al menos 14 años de educación y se mantenían mentalmente activos en la mediana edad presentaban niveles más bajos de proteínas, llamadas placas amiloides, que pueden acumularse en el tejido cerebral y llevar a la enfermedad de Alzheimer que los que tienen el gen y un alto nivel de educación, pero que no se mantuvieron mentalmente activos en la mediana edad.

"Estudios recientes han mostrado resultados contradictorios sobre el valor de la actividad física y mental relacionado con el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer y nosotros nos dimos cuenta de que los niveles de educación diferían en esos estudios", explica el autor del trabajo, Prashanthi Vemuri, de la Clínica Mayo de Rochester, en Minnesota, Estados Unidos.

Vemuri dice que los resultados generales para personas que no portan el gen no debe disuadir a la gente de hacer ejercicio y tomar parte en actividades como leer libros y revistas, jugar a juegos y el uso de computadoras. "Hay evidencia sustancial de que estas actividades ayudan a retrasar la aparición de problemas de la memoria y el pensamiento, plantea Vemuri. Lo que no sabemos es cómo funciona este proceso".