Se trata del primer ensayo clínico aleotorizado y con grupo de control realizado por 543 adultos.

Esta investigación confirma que educar a los adultos en conocimientos, habilidades y actitudes sobre un estilo de vida saludable acompañado de soporte y ayuda mutuos y el apoyo entre iguales, mejora los hábitos de salud cardiovascular y el autocontrol de los factores de riesgo.

Los resultados han mostrado que el 67% de los participantes experimentó una mejoría en el índice 'Fuster-BEWAT', que contempla los 5 factores de riesgo cardiovascular, frente al 56% del grupo control, y casi la mitad redujo el consumo de tabaco.

Así, el objetivo de este programa es mejorar la salud de manera integral de los adultos mediante la mofificación de sus hábitos de salud a través de talleres y cursos formativos.
Pero, a pesar del reconocimiento de la metodología de apoyo, existen pocas evidencias que hayan demostrado que los beneficios de este tipo de intervenciones. 

Durante tres meses todos los participantes recibieron talleres formativos y motivacionales dirigidos a promover hábitos de vida saludables. 

En estas reuniones se abordaron las motivaciones para el cambio, la gestión de estrés, la cesación tabáquica, la alimentación saludable, la práctica habitual de la actividad física y el autocontrol de la tensión arterial.

Después, los participantes fueron divididos en dos grupos (277 en el grupo de intervención y 266 controles). 

El primero participó, durante los 12 meses siguientes, en una terapia de grupo mensual dirigida a promover cambios internos y a brindar a los participantes la posibilidad de desarrollar capacidades distintas al simple conocimiento que ayudasen a controlar estos factores de riesgo.

Al inicio del programa, una vez realizados los talleres formativos, la mayoría de los voluntarios (71%) mejoró en el índice Fuster-BEWAT. Sin embargo, cuando se dividieron en los dos grupos, intervención  y control, se observaron importantes diferencias.

Por ejemplo, el 67% de los del grupo de intervención mejoró en sus factores de riesgo cardiovascular, cifra que fue de un 56% en el grupo control.