En España, el cáncer de mama es el tumor más frecuente en mujeres y el cuarto en ambos sexos, con más de 25.000 nuevos diagnósticos cada año.

En el mundo se diagnostican 1,38 millones de nuevos casos y produce 458.000 muertes al año, según las últimas cifras de la Organización Mundial de la Salud
Hasta ahora, los investigadores conocían que las células tumorales para crecer captan glucosa del exterior igual que sabían que reprograman su maquinaria interna para producir muchos más lípidos (grasas).

Pero, con este nuevo hallazgo se pone al descubierto, por primera vez, la necesidad de las células tumorales de importar lípidos externos.

Los científicos describen que las células de mama tumorales necesitan recoger grasas del exterior y trasladarlas a su interior para poder seguir proliferando. 

La principal proteína en este proceso es LIPG, una enzima localizada en la membrana que envuelve las células sin cuya actividad la célula tumoral no puede crecer. 

Los análisis de más de 500 muestras clínicas de pacientes con distintos tipos de tumores de mama revelan que el 85% tienen altos niveles de LIPG.

Los científicos demuestran en modelos animales y en células tumorales que bloqueando la actividad de la LIPG el tumor deja de crecer. 

"Lo prometedor de esta nueva diana terapéutica es que la función de la proteína LIPG no parece ser indispensable para la vida, por lo cual su inhibición generaría menos efectos adversos que otros tratamientos", ha puntualizado el primer firmante del trabajo, Felipe Slebe.