Millones de personas viven con dolor crónico y neuropático, en gran parte debido a que los tratamientos actuales suelen proporcionar un alivio del dolor limitado, tienen un perfil de efectos secundarios soporíferos y pueden ser extremadamente adictivos.

Cuando se inyecta veneno de animales como arañas, serpientes o caracoles cono a través de una mordedura o un aguijón, el cóctel de toxinas suministrado a su víctima tiende a causar reacciones graves que, si no se tratan, pueden ser letales. 

Pero el veneno tiene también un aspecto terapéutico: se están aprovechando toxinas peptídicas individuales para apuntar a receptores en el cerebro con la finalidad de servir como analgésicos.

Así, muchos investigadores están trabajando para entender mejor cómo funcionan las moléculas con función de analgésico, lo que dará lugar a analgésicos alternativos y, posiblemente, mejorar la calidad de vida de las personas que sufren dolor crónico.

Más en concreto, un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, estudian si una toxina peptídica encontrada en el veneno de la tarántula de terciopelo verde peruana 'Thrixopelma pruriens.'

Su elevada potencia y selectividad para inhibir el receptor de la sensación de dolor lo convierten en un candidato ideal como futuro analgésico.

"Nuestro grupo está interesado específicamente en entender el mecanismo de acción de esta toxina para obtener información que nos pueda guiar en el diseño y la optimización de nuevas terapias para el dolor", apunta Sonia Troeira Henriques, investigadora en el instituto de Biociencia Molecular de la Universidad de Queensland.

"Se une al receptor de dolor situado dentro de la membrana de las células neuronales, pero se desconocen el sitio preciso de unión péptido-receptor y la importancia de la membrana celular en la actividad inhibidora de Protx-II", explica Henriques. Así que el equipo se concentró en la relación estructura-actividad "explorando la estructura, las propiedades de unión a la membrana, y la actividad inhibidora de Protx-II y una serie de análogos", añade.