Las personas que sufren alguna de las llamadas 'enfermedades raras' pasan a la acción. Piden que acaben los recortes y se devuelvan los recursos para investigar y atenderles. Es el caso de Álvaro, un niño de 8 años que ya ha sufrido unos 70 tumores en su cerebro o Rafa, un chico de 21 años con una distrofia muscular. Ellos ponen cara a esa reclamación.