El exoesqueleto actúa como un robot, de 12 kilos de peso y fabricado con aluminio y titanio, que está diseñado para ayudar a los niños a caminar, en algunos casos por primera vez. 

Una gran herramienta que se utilizará en hospitales como terapia de entrenamiento muscular para evitar los efectos colaterales asociados a la pérdida de movilidad propia de esta enfermedad. 

La tecnología, que ya ha sido patentada y licenciada conjuntamente por el CSIC y su empresa de base tecnológica Marsi Bionics, se encuentra en fase preclínica.

En 'Constantes y Vitales' os animamos a que participéis en este bonito proyecto, a través de una campaña de crowdfunding para ayudar a financiar estos exqueletos y conseguir que este dispositivo sea certificado y los niños puedan utilizarlo.