El estudio, publicado en la revista 'The Journal of American College of Cadiology', ha tenido en cuenta el incremento de riesgo en aquellas personas que desayunan menos del 5% de las 2.000 calorías recomendadas al día.

La investigación, llevada a cabo en colaboración con el Banco Santander, incluyó a más de 4.000 personas de edad intermedia controladas a largo plazo gracias al empleo de diferentes técnicas de imagen, con el objetivo de caracterizar la prevalencia y la tasa de progresión de las lesiones ateroscleróticas latentes (llamadas 'subclínicas' porque no han dado ningún síntoma) y estudiar su asociación con diferentes factores moleculares y ambientales.

En relación con la primera comida del día, los autores evaluaron tres patrones de desayuno en relación con la presencia de placas ateroscleróticas en individuos asintomáticos, y vieron que saltarse esta comida es un marcador de un comportamiento alimenticio poco saludable que está asociado con una mayor prevalencia de aterosclerosis generalizada.

Para ello se analizó la presencia de placas ateroscleróticas en arterias carótidas y femorales, aorta y coronarias, en una población sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.

El 20% de los participantes tomaba un desayuno con alto valor energético (más del 20% de las calorías diarias), el 70% un desayuno de bajo valor energético (entre 5 y 20% de las calorías diarias) y sólo un 3% desayunaba muy poco o nada (menos del 5% de las calorías diarias) y apenas invertía 5 minutos en esta comida, bebiendo sólo café o zumo de naranja, o incluso nada.

Este último grupo se caracterizada por seguir una dieta menos saludable y también tenía mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular, según señalan los investigadores del CNIC.