El sistema inmunológico es capaz de destruir las células anormales de nuestro cuerpo como las del cáncer. El problema está cuando, estas células cancerosas evitan a las defensas, desarrollarse y expandirse.

Las células cancerosas se autodestruyen cuando al crecer, de forma masificada, no disponen de suficiente sangre en el tejido, les falta oxígeno (hipoxia). Sin embargo, en algunos tipos de cáncer, esta ausencia de oxígeno, es beneficioso para proteger a estas células del sistema inmune.

Los microRNAs (moléculas pequeñas de ARN no codificantes, regulan la expresión de los genes, silencian el ARN) están implicadas en el desarrollo de los tumores. Para conocer esta relación, los expertos han estudiado los niveles de MicroRNAs en distintos tipos de tumores, el resultado fue que los niveles de dos microRNAs (miR25 y miR93) se incrementaron en los tumores hipóxicos.

Este estudio, realizado con 148 pacientes de cáncer, ha mostrado que las personas con tumores con altos niveles de miR25 y miR93 tenían un peor pronóstico. Cuando observaron los niveles de la molécula cGAS, que actúa como una alarma para el sistema inmunológico, los resultados eran opuestos, a menor concentración en el tumor, peor pronóstico.

Con las conclusiones anteriores, los investigadores se plantean si las dos MicroRNAs crean un escudo de protección inmunitaria para el tumor y si son las responsables de la bajada de los niveles de cGAS. Este hecho ya ha sido probado y confirmado en ratones.

Esta investigación ha sido liderada por Juan Carlos Izpisúa, profesor del Laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk Institute for Biological Studies y director de la Cátedra de Biología del Desarrollo de la Universidad Católica de San Antonio de Murcia (UCAM).