Las enfermedades cerebrovasculares o ictus comprenden un conjunto de trastornos como consecuencia de una disminución del flujo sanguíneo cerebral, o de procesos hemorrágicos cerebrales que causan graves secuelas neurológicas.

La disminución del flujo sanguíneo induce un proceso isquémico, de manera transitoria o permanente, que puede afectar a solo una parte, conocida como isquemia focal, o a todo el cerebro, la isquemia global.

Para los afectados no hay un tratamiento adecuado, solo se reducen con la reperfusión o por agente trombolíticos, como el activador recombinante de plasminógeno tisular. Todos estos presentan importantes limitaciones, de hecho, en el cerebro, después de un evento isquémico se provoca un estrés adicional por la producción de especies oxigenadas reactivas (ROS).

Por esto, las nitronas, con sus propiedades químicas y su actividad biológica como atrapadoras de ROS, se han evaluado tradicionalmente como agentes terapéuticos, aunque sin éxito clínico hasta la fecha.

Con el estudio, realizado por investigadores españoles, se ha diseñado, sintetizado y evaluado en modelo animal de isquemia cerebral, la quinolil nitrona RP19 como agente permeable y adecuado. Con él se ha descubierto que mejora las propiedades farmacológicas de citicolina, o de otras nitronas como PBN o NXY-059.

La nitrona RP19 se ha ensayado en tres modelos experimentales de daño isquémico: en el de deprivación de oxígeno-glucosa en cultivos neuronales primarios; en isquemia global transitoria, y en isquemia focal, según el modelo de la oclusión transitoria de la arteria cerebral media, según han detallado los expertos.

Con estos resultados, se puede concluir que la quinolil nitrona RP19 es un "potente" agente neuroprotector en la isquemia experimental inducida en neuronas.

Por todo ello, los científicos han sugerido que la nitrona RP19 puede tener interés para la terapia del ictus, y que la estrategia terapéutica para el ictus basada en la neuroprotección tiene que ser tenida en cuenta para el diseño de futuros fármacos.