España lleva 26 años siendo líder en la donación de tejidos y órganos. Además, cada día, en nuestro país, se realiza un trasplante renal de donante vivo, un gesto altruista con un marcado acento femenino, ya que 7 de cada 10 donantes son mujeres de entre 46 y 60 años, mientras que los receptores son mayoritariamente hombres (el 67 %).

Gracias a los donantes y al sistema español de trasplantes, reconocido como uno de los mejores a nivel mundial, en la última década se han efectuado en España 3.172 trasplantes renales de donante vivo, una práctica que está especialmente indicada en pacientes jóvenes, antes de entrar en diálisis.

Por otro lado, en 2017 el donante más joven tenía 28 años y el mayor 76. En el caso del receptor, la edad mínima fue de cinco y la máxima de 76 años y el 95,5 % de los receptores fueron adultos, mientras que sólo el 4,5 %, niños, según datos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) con motivo del Día Nacional del Donante de Órganos, Tejidos y Células.

La relación que une a donante y receptor es mayoritariamente de pareja, así fue en 111 casos el pasado año, y hubo también 67 donaciones de madres, 61 de hermanos y 36 de padres. Entre los donantes también hubo 24 familiares de segundo y tercer grado, 14 participantes en el trasplante renal cruzado, 12 donaciones de hijos y 7 de amigos.

Ricardo García se convirtió en donante hace seis años cuando a su hija le falló el riñón que le habían trasplantado 13 años atrás. Según relata, en un primer momento iba a ser su mujer quien diera el órgano a su hija, pero no pudo hacerlo por un problema de hipertensión.

"Yo era una persona de lo más cobarde que te puedas imaginar, pero me puse en un segundo plano y no me preocupé de mí, sino de mi hija y de que saliera todo bien", reconoce. Así fue, y gracias a este gesto su hija Raquel vive una vida normal e incluso podrá ver cumplida su ilusión de ser madre.

La ONT recuerda que la donación de órganos es un acto "de generosidad extrema", en especial cuando se produce en vida y señala como objetivo el de alcanzar en los próximos cinco años los nueve trasplantes renales de vivo por millón de población frente a los 7,1 de 2017.