El trasplante de un riñón hecho a principios de mes en el Hospital Doctor Peset de Valencia ha sido el número 100.000 de los practicados en España. Después que se registrara esa cifra, la red nacional de trasplantes ha llevado a cabo 116 transplantes más. Estos datos superan con creces las previsiones que hechas por Rafael Matesanz, director de la Organización Nacional de Transplantes (ONT).

Matesanz, quien ya hace un mes adelantó la posibilidad de superar los 100.000 transplantes si la donación de órganos mantenía los mismo niveles que en 2015, ha declarado que esta cifra muestra "el número de personas que han encontrado una nueva oportunidad".

Desde que comenzaron estas intervenciones en 1965, en España se han realizado 116.000 trasplantes de órganos, de los que 3.689, el 3,7 %, han sido infantiles. En cuanto a su distribución por órganos, 62.967 han sido renales, 23.881 hepáticos, 7.616 cardíacos, 3.824 pulmonares, 1.703 pancreáticos y 125 intestinales.

A estos hay que sumar los más de 400.000 trasplantes de tejidos y de células realizados, y que elevan a más de medio millón las personas que se han beneficiado del sistema español de trasplantes. España, con 39,7 donantes por cada millón de habitantes, es el país donde los ciudadanos que necesitan un trasplante tienen más posibilidades de acceder a éste.

No obstante, Matesanz no pierde la oportunidad de recordar que el objetivo para 2020 es alcanzar los 40 donantes por millón de habitantes y practicar 5.000 trasplantes al año. Un objetivo que augura factible después de que 2015 cerrase con un récord de 4.800 trasplantes.

El tiempo medio de espera para ser trasplantado varía en función de cada órgano, según ha explicado la ONT. Así, en el caso del pulmón la espera suele ser de entre 5 y 6 meses; en el del corazón de 3 meses; en el del hígado de entre 4 y 5 meses; en el de riñón de entre 15 y 18 meses; y en el de páncreas de entre 9 y 10 meses. El sistema español de trasplantes está integrado por una red de 186 hospitales autorizados para la donación de órganos y 43 para la realización de trasplantes, distribuidos por todas las comunidades autónomas.

El aumento de donaciones se debe a la potenciación de los donantes a corazón parado, según ha explicado Matesanz. Se trata de personas que se encuentran en muerte cerebral ya sea por una hemorragia cerebral o por un traumatismo, que están conectados a una máquina y a quienes todavía les late el corazón pero para quienes la situación es irreversible. Este tipo, junto con los donantes de parada cardíaca, que no han llegado a la muerte cerebral pero sin posibilidad de recuperación, son los que han hecho posible el aumento de los trasplantes.