El hallazgo, publicado en la revista Molecular Cancer Therapeutics, da pie a la utilización de inhibidores de este receptor como diana terapéutica en las variantes más agresivas de la enfermedad.

El equipo de investigadores ha conseguido asociar la expresión del receptor CXCR4 en células tumorales de ovario a su potencial de diseminación a través del torrente sanguíneo. CXCR4 es un receptor implicado en el movimiento de las células de la sangre, especialmente en aquellas ubicadas en la médula ósea, que ya había sido relacionado anteriormente con procesos de diseminación en cáncer de mama.

En estudios en modelos ortotópicos, los investigadores demostraron que la administración de inhibidores de CXCR4 en aquellos cánceres donde previamente se había detectado la expresión elevada de este receptor, impedía en gran medida la propagación de las células tumorales en la sangre y dentro del peritoneo. Paralelamente, también observaron que la eliminación genética de CXCR4 en cultivo celular da lugar a tumores de crecimiento más lento y más bajo porcentaje de diseminación.

El diagnóstico del cáncer de ovario se suele hacer tarde: en el 80% de los casos, los pacientes ya presentan metástasis o diseminaciones peritoneales que pueden afectar a otros órganos vitales como el estómago, riñón, o pulmón, entre otros.

Los investigadores consideran que el estudio de cómo las células tumorales diseminan es básico para entender y mejorar el pronóstico de la enfermedad. Su línea de investigación se centra en identificar las moléculas implicadas en esta diseminación, que suele ir acompañada de una acumulación de líquido en la zona del peritoneo (ascitis), y se termina propagando a nivel de torrente sanguíneo.