El estudio, publicado en The Lancet, recoge información sobre casi 300.000 casos de cáncer diagnosticados entre 2001 y 2010. 

En concreto, los resultados indican que la leucemia es el cáncer más común entre niños menores de 15 años y supone casi un tercio de todos los casos de cáncer infantil.

Los tumores en el sistema nervioso central ocupan la segunda posición (20 % de casos), mientras los linfomas supone un 12 % de los casos, según un comunicado de la IARC.

Entre los menores de cinco años un tercio de los casos corresponden a tumores embrionarios, como el neuroblastoma, el retinoblastoma, el nefroblastoma y el hepatoblastoma.

El estudio también analiza la incidencia del cáncer en la adolescencia (de 15 a 19 años), con una tasa anual de 185 por millón de adolescentes, según los datos estudiados de 100.000 casos.

En esa edad, los cánceres más comunes son los linfomas (23 %), seguidos de aquellos que se clasifican como carcinoma o melanomas (21 %).

Esta información sobre el patrón e incidencia del cáncer en esas edades es vital para comprender y combatir mejor la enfermedad.

Los cánceres en niños es más posible que dependan de la predisposición genética, pero el estudio también sugiere que la incidencia puede estar influida por efectos ambientales externos, como infecciones o algunos contaminantes ambientales.

Para identificar las causas que podrían ser evitadas, es necesario que haya información de alta calidad sobre la incidencia de la enfermedad en una proporción representativa de la población global.

Datos de 62 países
El estudio se realizó con datos procedentes de 153 registros sobre cáncer en 62 países, que engloban, aproximadamente, un 10 % de la población infantil en el mundo.

Sin embargo, sus resultados se basan en una cobertura de casi el 100 % en la población infantil del norte de América y Europa Occidental, pero del 5 % o menos en África y Asia.

Las tasas de incidencia, que indican el número de casos por población en riesgo y año, es la primera información de la que se debe disponer para “empezar a luchar contra esta enfermedad”, agrega el estudio.

En lugares con bajos recursos el cáncer puede no estar diagnosticado debido a la falta de concienciación o de equipos adecuados y además es complicado recoger datos estadísticos, indica el informe.