Otros estudios previos ya habían demostrado un vínculo entre la cafeína y un riesgo menor de desarrollar Parkinson , pero no sabían cómo la cafeína se metaboliza dentro de las personas que padecen esta enfermedad, según ha explicado Shinji Saiki, uno de los autores del estudio.

Las personas, que participaron en el estudio, con esta enfermedad no tenían niveles más bajos de cafeína en sangre por lo tanto, la disminución se produce desde las primeras etapas de la enfermedad.

"Si estos resultados pueden confirmarse, apuntarían a una prueba fácil para el diagnóstico temprano del Parkinson, posiblemente incluso antes de que aparezcan los síntomas, ha explicado David G. Muñoz, uno de los investigadores. Esto es importante porque la enfermedad de Parkinson es difícil de diagnosticar, especialmente en las primeras etapas".

El estudio involucró a 108 personas que tenían la enfermedad de Parkinson durante un promedio de aproximadamente seis años y 31 personas de la misma edad que no padecían la enfermedad.

Así, los investigadores analizaron la sangre de los pacientes en busca de cafeína y les hicieron pruebas de mutaciones en genes que pueden afectar al metabolismo de la cafeína.

Los dos grupos consumieron aproximadamente la misma cantidad de cafeína, con un promedio equivalente a aproximadamente dos tazas de café por día, pero las personas con la patología de Parkinson presentaban niveles significativamente más bajos de cafeína en la sangre