Para llegar a esta conclusión, los investigadores evaluaron los datos de 19 estudios realizados entre 2002 y 2015 que midieron el impacto de la actividad física en la capacidad cognitiva de 1.145 personas ya diagnosticadas o con un elevado riesgo de sufrir este tipo de demencia.

Casi el 90% eran ensayos controlados aleatorizados, que son el tipo de estudio más fiable, y la mayoría de los participantes (71%) eran mujeres, mientras que la edad media de todos ellos eran 77 años.

Aproximadamente la mitad realizaron ejercicios aeróbicos, que incluían caminar rápido, nadar o montar en bici, y además incluían otros ejercicios de resistencia.

De media, los participantes los practicaban con una frecuencia de 3,5 veces por semana, con una intensidad moderada, y cada sesión duraba entre 30 y 60 minutos. Y aunque algunos de los programas analizados apenas duraron 8 semanas, otros se prolongaban durante más de 6 meses.

Los autores admiten que este estudio es el primero en sugerir que el ejercicio aeróbico puede ser más efectivo que otros tipos cuando el objetivo es preservar la salud cognitiva de los mayores con Alzheimer o con riesgo de padecerlo, según los expertos.