La nueva terapia está aprobada como tratamiento inicial para los casos metastásicos o localmente avanzados de cáncer de mama HR+/HER2- y en combinación con un inhibidor de la aromatasa, el letrozol.

Más de un 70 % de los cánceres de mama invasivos son HR+ o luminal, por lo que se trata del cáncer de mama avanzado más común, han explicado los investigadores.

Esta terapia actúa inhibiendo el ciclo celular, el mecanismo por el que las células proliferan o no lo hacen, dejando a la célula "en un estado de reposo", ha explicado la oncóloga Eva Ciruelos. "Si los semáforos de la calle no funcionan, puede haber accidentes.

En la célula tumoral pasa algo parecido: hay múltiples accidentes, sobre todo hacia un exceso de proliferación porque los semáforos del sistema celular en verde, que lo activan, o en rojo, que lo paran, no funcionan", precisa.

La nueva terapia ha demostrado que, cuando se administra junto a un tratamiento hormonal a mujeres posmenopáusicas que no han recibido un tratamiento previo en situación de metástasis, reduce prácticamente a la mitad el riesgo, según los investigadores.

Respecto a los efectos secundarios, las pacientes tienen un riesgo de tener bajada de los leucocitos, aunque no se traduce en fiebre y, por tanto, no afecta ni a su seguridad ni a su calidad de vida.