La experta ha explicado que el patrón mediterráneo está caracterizado por un consumo elevado de pescado, verduras legumbres, patatas cocidas, fruta, aceitunas y aceites vegetales y una baja ingesta de zumos; el patrón occidental destaca por un elevado consumo de productos lácteos grasos, carnes rojas y procesadas, granos refinados, dulces, bebidas azucaradas y comida rápida; y el patrón prudente incluye un elevado consumo de lácteos desnatados, verduras, frutas, cereales integrales y zumos.

Tras ver estos patrones se estudió su asociación con el cáncer de mama. "Una de las novedades de nuestro estudio fue la posibilidad de investigar el efecto de estos patrones por subtipo de tumor. 

Al diferenciar entre subtipos definidos por la presencia/ausencia de receptores hormonales y sobre-expresión de HER2, un hallazgo de gran interés fue el mayor efecto protector del patrón mediterráneo frente a los tumores triple negativos", ha señalado Pollán. 

"Este hallazgo explicaría por qué este subtipo tumoral es relativamente menos frecuente en nuestro país que en otros países desarrollados", ha explicado.

Por otro lado, se han abordado durante el encuentro las nuevas fuentes de proteína en la dieta humana, en concreto, la importancia de los insectos. El doctor Diego Amores de Gea, de la Universidad Católica de Murcia, ha destacado que "para abastecer las necesidades alimentarias de esta población será necesario doblar la producción actual de alimentos".

En este sentido, el experto ha concretado que aunque los insectos a menudo son considerados de forma negativa por los seres humanos, "proporcionan un alimento de alto contenido nutricional y con un coste ambiental bajo, además de desempeñar un papel fundamental en la naturaleza". 

Los insectos son una fuente de alimento nutritivo y saludable para la alimentación humana, con "alto contenido en grasa, proteína, vitaminas, fibra y con una concentración de minerales muy significativa".