Los fenómenos climáticos extremos como sequía, huracanes e inundaciones aumentarán en frecuencia e intensidad, pudiendo afectar a ciudades enteras y sus habitantes.

El asfalto de las ciudades absorbe gran cantidad de calor, lo que genera que se aumente la temperatura media en 4 o 5 grados. El efecto, llamado "isla de calor urbano" ocurre frecuentamente en ciudades como Madrid y su área metropolitana, Roma o Berlín, con temperaturas más altas en el interior que en el exterior de la urbe.