La vida de las playas españolas se pone en peligro por culpa de la urbanización masiva, la construcción de instalaciones portuarias y la contaminación.

Construir en primera línea de playa destruye cada año dunas, deltas, acantilados y marismas que son los principales ecosistemas costeros.

Además, debido a la erosión -que afecta al 90% de las costas españolas-, las playas desaparecen poco a poco y es necesario regenerarlas con arena artificial. Pero la arena, debido a los temporales, sigue desapareciendo con el tiempo.

El 44% de la población española tiene vivienda en la costa, que apenas representa el 7% del territorio. En algunas zonas como Málaga o Alicante más del 75% de los terrenos colindantes al mar son urbanos o urbanizables.

La construcción masiva en el litoral se extiende a los últimos rincones bien conservados: Murcia, Almería, Huelva, Rías Baixas, Cantabria y Asturias.