Para la conservación de los distintos ecosistemas no basta con una buena labor de gestión. Es necesaria la sensibilización e implicación de las personas, que también son responsables de la protección de nuestro entorno.

El voluntario ambiental se siente responsable de la suciedad o limpieza de un lugar. Y de forma totalmente desinteresada realiza actividades como limpiar un río, curar a un animal herido, anillar un ave  o recoger la basura que otros han dejado tirada.

No sólo las organizaciones ecologistas ofrecen propuestas de voluntariado ambiental. Empresas privadas e instituciones públicas cuentan con una gran variedad de programas.

Los voluntarios ambientales no sólo trabajan, también disfrutan de la playa o el monte de forma ecológica y solidaria. Es una forma de conocer de cerca la fauna y la flora de los distintos espacios naturales que nos rodean.