Cuanto antes aprendan para qué sirve cada contenedor o la importancia de la conocida regla de las 3 R, reciclar, reducir y reutilizar, antes pasarán a la acción. Crear juguetes a partir de materiales reciclados, viejos o en desuso es una forma divertida de enseñarles a cuidar su entorno. Otra opción es concienciarlos a través del cine.

Cada vez hay más centros educativos que se adhieren al programa ecoescuelas.  Los niños aprenden a cultivar huertos, visitan puntos limpios, construyen casas para los pájaros…Educar a los más pequeños para que respeten su entorno es más fácil de lo que pensamos. Sólo hay que explicarles todo con conceptos sencillos y predicar con el ejemplo.