La eficiencia energética se trata de producir más con menos energía.

Cambiar el modelo energético y pasar a las energías renovables está muy bien; porque se va a conseguir una mayor eficiencia en la producción y el consumo. Pero cambiar de hábitos y de mentalidad es fundamental.

Hábitos en la calefacción, agua caliente, electrodomésticos,  iluminación… una rutina que hay que extender al ámbito laboral.

La iluminación puede suponer el 60% de todo el gasto en electricidad de un edificio público o un centro comercial. Y si es importante incorporar tecnologías para reducir ese gasto energético, también lo es rehabilitar los edificios ya existentes.