Las palomas se están convirtiendo en un grave problema para la ciudad de Barcelona, donde actualmente se calculan 85.000 de estas aves. 

Por ello, en las próximas semanas, se instalarán 40 dispensadores que suministrarán pienso de maíz con nicarbazina, una sustancia anticonceptiva para las aves, según ha anunciado Frederic Ximeno, comisionado de Ecología del consistorio barcelonés.

Estos dispensadores estarán repartidos por la ciudad en función de la cantidad de palomas y los puntos conflictivos que han denunciado los ciudadanos.

Es un sistema sencillo que no tiene ningún efecto sobre las personas, puesto que este anticonceptivo solo inhibe la producción de huevos de las aves. A medio plazo, supone un coste similar al de las capturas, procedimiento por el que se habían controlado hasta ahora la población de palomas en Barcelona.

De esta forma, se esperan que las poblaciones se reduzcan en torno al 20% en el primer año, y después de 4 o 5 años al 70-80%.

Las palomas son una especie dominante que ocupa espacio y que en grandes cantidades "suponen un riesgo para la salud, el mobiliario urbano y el espacio público", ha señalado Ximeno.