Las llamadas Áreas Marinas Protegidas han sido establecidas para proteger la vida marina, como osos polares, pingüinos y arrecifes de coral, de los efectos de la pesca y otras actividades como la extracción de minerales y del petróleo, según los datos del análisis de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU).

El estudio subraya que, para 2100, el calentamiento y la reducción de las concentraciones de oxígeno harán que estas áreas protegidas no sean habitables para la mayoría de las especies que actualmente residen en ellas.

El análisis predice que las temperaturas en estas áreas aumentarán en unos 2,8 grados centígrados para 2100.

Los expertos consideran que este rápido calentamiento podría ser fatal para especies y ecosistemas actualmente localizados en esas áreas. Esto llegará, agregan, a una extinción de algunos de los animales únicos en el mundo y la pérdida de biodiversidad, mientras que tendrá un impacto negativo en actividades como la pesca y los ingresos por turismo.