"Medioambiente saludable, gente saludable" es el estudio, presentado en la Asamblea de las Naciones Unidas, que recoge los alarmantes datos. El 23% de las muertes que se registran cada año se deben al deterioro del medio natural. En total, son 12,6 millones de personas, una cifra 234 veces superior a la que provocan los conflictos armados.

De hecho, una de las pruebas que demuestran el vínculo cada vez más estrecho entre medioambiente y salud es el aumento de las enfermedades no transmisibles o crónicas, que matan a 38 millones de personas cada año, el 75% de ellas en países de rentas medias y bajas.

La contaminación ambiental es el origen de muchas enfermedades respiratorias. Mata a 7 millones de personas anualmente, 4,3 de ellas por las malas condiciones de vida en los ambientes domésticos de países en desarrollo.

Por otro lado, las enfermedades infecciosas originadas en los animales, como el ébola o el zika, representan ya el 60% de todas las que afectan a los humanos. También, la falta de acceso a agua potable y sistemas sanitarios mata a 842.000 personas de diarrea anualmente, sobre todo en países pobres, y la exposición a químicos tóxicos causa 654.000 defunciones. En los últimos veinte años, más de 600.000 personas han muerto por desastres naturales.

El estudio ha sido presentado en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medioambiente (UNEA-2), que esta semana reúne en Nairobi a delegados de 173 países para establecer acuerdos que permitan un desarrollo sostenible y frenen el incremento del calentamiento global.

Dentro de los temas que se debatirán durante la Asamblea se encuentran la lucha contra el tráfico ilegal de la flora y la fauna, la defensa de los océanos y la mejora de la salud humana.