El gran objetivo de la investigación militar durante décadas ha sido dejar de depender del petróleo, para ello los  investigadores del Laboratorio de Investigación Naval de Estados Unidos (NRL) lograrón hacer volar un avión con combustible generado a partir del agua salada, mostrando por primra vez en la hisotira la posibilidad de producir hidrocarburos en laboratorio.

Para hacerlo posible capturaron dióxido de carbono e hidrógeno directamente desde el agua marina para más tarde licuarlos y transformarlos en combustible. El hidrocarburo obtenido tiene el olor y la apariencia similares al queroseno convencional.

El agua de mar es abundante en carbono e hidrógeno, que a su vez son elementos base para la formación de hidrocarburos, como el petróleo. La idea de poder combinar estas sustancias en un laboratorio para producir combustible ha sido el deseo de los científicos durante gran parte del siglo XX, ya que permitiría a la humanidad prescindir finalmente de combustibles fósiles.

Una de las mayores ventajas del experimento está representada por la posibilidad de producir combustible directamente a bordo de los barcos. Pero no es la única, el hidrocarburo generado puede ser utilizado en los motores de barcos y aviones ya existentes, sin necesidad de modificarlos. Se trata de un verdadero hito para la ciencia.

Una de las dudas que se genera en torno a este combustible del agua de mar es su potencial contaminante. Es un combustible parecido al queroseno convencional, su precio se ha calculado entre 3 y 6 dólares por galón (un galón equivale a 3,8 litros) y se ha obtenido mediante un convertidor catalítico, aprovechando que la concentración de CO2 es 140 veces mayor en agua de mar de lo que en la atmósfera, ya que el dióxido de carbono y el hidrógeno resultan elementos necesarios para hacer hidrocarburos.

La viabilidad del proyecto está comprobada, pero ahora es necesario trabajar en la mejora de la eficiencia a la hora de fabricar combustible a partir del agua marina.