Greenpeace ha esparcido decenas de objetos de plástico para visibilizar el problema de la contaminación por plásticos en los mares, y más concretamente en el Mediterráneo. 

"Con esta acción queremos hacer visible lo invisible, que es la contaminación por plásticos que invade el Mediterráneo", ha declarado desde el buque Rainbow Warrior la responsable de la campaña de Océanos, Elvira Jiménez.  

En la misma línea, Jiménez ha añadido que el Mediterráneo "no puede digerir más plásticos" y que los objetos que han representado "se irán rompiendo en trozos más pequeños y casi imperceptibles", que, aunque parezcan "aparentemente inofensivos", son "aún más peligrosos" para el medio marino. 

Para Jiménez, la responsabilidad "no es sólo de los consumidores, sino también de las empresas que fabrican y distribuyen los productos, y de las administraciones que legislan". "Hay que cerrar el grifo del plástico y apostar por su reducción y reutilización", ha advertido.   

Durante la acción simbólica, se ha desplegado junto a los objetos una pancarta de 60 metros cuadrados con el mensaje '#NoPlastic'. Aproximadamente, el 40% de la demanda de plásticos en Europa y en España se emplea en envases, en su mayoría de un solo uso, que, además, son los residuos que "más se abandonan" en el medio ambiente, según la organización.

Concretamente, Greenpeace señala que los objetos que se encuentran con mayor frecuencia en las playas del mundo, incluidas las del Mediterráneo, son botellas, tapones, vasos y pajitas, entre otros, algo que, según la ONG, es un "claro reflejo" de cómo la cultura de usar y tirar tienen su "máximo exponente" en los productos fabricados con plástico.  

Esta iniciativa se enmarca dentro de la campaña internacional 'Menos plásticos, más Mediterráneo', en la que el buque insignia de Greenpeace, Rainbow Warrior, está surcando el mar para denunciar la presencia de plásticos y demandar medidas urgentes para frenar este problema.