El agua es un recurso limitado y no ilimitado, si continúa la política hídrica actual las consecuencias medioambientales y sociales pueden ser nefastas, según la organización ecologista Greenpeace.

Los embalses españoles están al 39,4% de su capacidad y la reserva hidráulica es de 22.051 hectómetros cúbicos, según los datos del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. A pesar de ser el país con más embalses por habitante del mundo, hay problemas de abastecimiento cuando se reduce la frecuencia de las precipitaciones.

La organización ecologista ha destacado que, aunque las aguas subterráneas almacenan hasta seis veces más de agua dulce que todos los embalses de la península juntos, también son gestionados de manera pésima.

Las medidas para paliar la sequía y la falta de agua se deben hacer en períodos húmedos con soluciones propuestas por profesionales y no por intereses que no sean el bien público, ha señalado Julio Barea, responsable de la campaña de agua de Greenpeace.

La organización ecologista ha criticado que los ríos se han convertido en cloacas y que la intervención de todos los cauces ha causado una pérdida del poder de autodepuración y regeneración natural de los ríos. La contaminación que procede de la agricultura, la ganadería industrial y la sobreexplotación pone en riesgo las aguas subterráneas, ha advertido el comunicado de Greenpeace.

Por otro lado, la organización ecologista denuncia que no existan medidas contra los más de 500.000 pozos ilegales que hay en España.