Agentes Rurales de Girona han localizado en una zona boscosa de la cala Saionç, en La Selva, a 87 cadáveres de perros y gatos de varias razas en diferente estado de descomposición, y de los cuales 19 llevaban microchip identificativo.

Estos animales se han encontrado acumulados en bolsas de diferentes medidas, donde cada una de ellas contenía un cadáver de un perro o un gato. Los cadáveres se han trasladado a un centro de incineración por los agentes, con la ayuda del Ayuntamiento y la Policía Local de Tossa de Mar (Girona) y el Consell Comarcal de La Selva.

En un primer momento, tras localizar la acumulación de residuos se hizo un rastreo superficial de la zona con un lector de microchip, del que obtuvieron tres lecturas que posibilitaron la localización de dos propietarios. Ambos, han declarado que habían llevado al animal enfermo a una veterinaria y que, una vez el animal murió, esta profesional se había hecho cargo de la gestión del cadáver.

También, han descubierto que el depósito de cadáveres se encontraba en la parte trasera de un chalet, propiedad de un familiar de dicha veterinaria, quién ya estaba inhabilitada con anterioridad por mala praxis veterinaria.

La Fiscalía de Medio Ambiente ya está investigando el caso por un presunto delito de desobediencia, falsificación documental y estafa, y también se está tramitando una denuncia por gestión incorrecta de residuos.