El estudio, publicado en la revista Global Change Biology, se ha centrado en las especies europeas 'Poa pratensis' y 'Poa annua, conocidas por su gran capacidad de expansión que les hace muy propicias como pasto para campos de golf o de fútbol, halladas en la Antártida, un área fuera de su rango climático conocido.

Esto es posible gracias a la capacidad de adaptación de estas especies. Miguel Ángel Olalla-Tarraga, investigador de la Universidad Rey Juan Carlos, ha explicado que "las especies de amplio rango de tolerancia climática y una larga historia de coexistencia con el ser humano pueden ser capaces de seguirle donde vaya".

Por tanto, el ecosistema antártico puede ser cada vez más vulnerable a nuevas invasiones vegetales que lo transformen y alteren los delicados equilibrios fruto de millones de años de aislamiento, advierte el estudio.