Los animales son los primeros que nos desmuestran la importancia de adoptar. El último caso ha sido el de una hembra de husky que no había tenido cachorros y que ha decidido acoger a un pequeño gato de tres semanas que había sido abandonado.

La familia que encontró al gato le ofreció los cuidados necesarios pero el pequeño felino estaba muy débil y no sabían si iba a sobrevivir. Por eso, decidieron dejar a Rosie, como se llama la gata, bajo los cuidados de Lio, la husky, y el resultado no pudo ser mejor.

Lio no dudó en hacerse cargo de Rosie y cuidar a la gata como si fuera su propio cachorro. Al poco tiempo, las mejoras eran más que evidentes. La gata empezó a caminar a las pocas semanas y su aspecto había mejorado considerablemente.

El vídeo muestra la bonita relación entre esta curiosa familia, como duermen y juegan juntos.