La delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ha visitado los trabajos, ya finalizados, con una regeneración de las orillas que ha servido para completar la recuperación medioambiental del río, iniciada con la apertura de las compuertas en mayo de 2016.

La operación de renaturalización ha supuesto 5.230 plantaciones, entre ellos 113 olmos resistentes a la enfermedad de la grafiosis, donados por el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente. Los olmos estaban prácticamente desaparecidos de las riberas de los ríos por culpa de la grafiosis, que se convirtió en una plaga. Sabanés ha explicado que devolver al Manzanares un aspecto más natural es una de las actuaciones enmarcadas en el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático, que incluye medidas basadas en la naturaleza para adaptar la ciudad al cambio climático pues los entornos naturales reducen la llamada 'isla de calor' que se produce en las ciudades.

Algunas de las especies censadas con mayor importancia para la biodiversidad de la ciudad son la garza real, la garceta, la gallineta, el martinete, el martín pescador o el chorlitejo chico. También pueden verse diferentes especies de gaviotas, fochas comunes o ánades reales. Gracias a las condiciones fluviales más naturales es llamativo el desarrollo de la fauna piscícola, que ahora tiene las circunstancias favorables para su reproducción. Además del barbo, se ha detectado la presencia de gobio, alburno, carpa, carpín, pez gato y gambusia.

Con la colaboración de científicos del Museo de Ciencias Naturales, el Ayuntamiento de Madrid ha iniciado experiencias de cría en cautividad en las instalaciones de la ERAR de Viveros con tres especies autóctonas de peces: colmilleja, bermejuela y boga de río, que posteriormente se reintroducirán en el Manzanares. El objetivo es potenciar la fauna autóctona creando mejores condiciones para su desarrollo y también impulsándola con su reintroducción, frente a especies invasoras, como pueden ser la carpa o los galápagos de florida, cuya suelta en espacios naturales está prohibida.

Desde Ecologistas en Acción, Santiago Martín Baraja, ha explicado la propuesta que hicieron al Ayuntamiento hace más de dos años para renaturalizar un río que "tiene el caudal que tiene, que no es el Támesis o el Sena, pero al que se le podía sacar partido". Ahora, además de favorecer el desarrollo de árboles y arbustos de más calidad, la población de peces "se ha disparado". "Y tenemos un río en el que se puede ver el fondo, algo que no se veía desde los años 50", ha apostillado.

"A la naturaleza, en cuanto se le levanta el pie de encima, se desarrolla y se abre camino a esta explosión de vida", ha defendido el ecologista, que ha indicado que proyectos de renaturalización similares se llevarán a cabo en Melilla y Granada.

En mayo de 2016 se abrieron las compuertas de las presas para transformarlo en un curso fluvial natural, lo que ha favorecido la aparición de flora y fauna autóctona y se ha convertido en un corredor ecológico en plena ciudad.

Este tramo del río tenía un aspecto más natural que el resto del cauce, pero no dejaba de ser una canalización con escolleras de grandes piedras y fuerte inclinación que impedían el desarrollo de una vegetación natural en las orillas. La vegetación arbustiva y arbórea era casi inexistente, estaba en mal estado y con presencia de especies exóticas e invasoras.

Las obras comenzaron con una limpieza general de las orillas y el lecho para continuar con la eliminación de algunas especies arbóreas alóctonas, como el árbol de cielo o ailanto, que ponían en peligro el ecosistema ibérico del Manzanares. Debido al escaso espacio existente entre el río y las zonas urbanizadas, se desmontó la parte alta de la escollera y se aportó tierra vegetal para plantar nuevas especies autóctonas. También se rellenaron con este sustrato los huecos entre las piedras.

En total, se han plantado 5.230 ejemplares, de los que 273 son árboles de gran porte y 1.305 árboles plantados con estaquillas; 3.660 arbustos. Las especies utilizadas han sido de ribera: fresnos, olmos, álamos blancos, alisos, majuelos, saúcos, rosas silvestres, tarays y sauces. Las actuaciones propuestas se han planificado para que no generan riesgo hidrológico.