La gorila nació en el Zoo de San Francisco en 1971 donde la llamaron Hanabi-Ko, que significa fuegos artificiales en japonés, aunque todo el mundo la conocía como Koko. Allí, la psicóloga para animales Francine 'Penny' Patterson comenzó a enseñarle la lengua de signos.

"Su impacto ha sido profundo y lo que ella nos enseñó acerca de la capacidad emocional de los gorilas y sus habilidades cognitivas continuará cambiando el mundo", agregó la fundación. Desde corta edad, Koko impresionó por su capacidad para aprender el lenguaje de señas y comunicarse con los humanos a través de él.

Dentro de un proyecto científico de la Universidad de Stanford, la investigadora Francine "Penny" Patterson junto con la experta en lenguaje de señas June Monroe trabajaron con Koko, que rápidamente aprendió el lenguaje y se comunicaba con ellas. Así, por ejemplo, la gorila informaba a los visitantes del zoológico, a través del lenguaje para sordos, que no le dieran alimentos.

Igualmente icónica fue la foto que se tomó ella misma frente a un espejo para la portada de "National Geographic" cuando la revista publicó una reseña sobre el animal en 1978. Siete años después, la revista volvió a publicar otro artículo y Koko fue nuevamente la figura de su portada junto con All Ball, un gato que había escogido como regalo de cumpleaños.

Koko enseñó mucho a los humanos sobre la capacidad afectiva de los gorilas reaccionando con sensibilidad a distintos momentos en la vida. En los medios fue también mostró la tristeza que mostró Koko por la muerte de All Ball y en una conversación con Patterson la gorila expresó su tristeza y comunicó las palabras "gato", "llanto" y "tengo pesar".

La Fundación Gorila anunció que honrará la memoria y "legado" del primate con proyectos en curso que incluyen un santuario para gorilas en Maui, Hawai, la conservación de la vida salvaje en el África o el desarrollo de una aplicación para teléfonos sobre el lenguaje de señas. Investigaciones sobre el ADN de los gorilas han establecido que su código genético es en un 95-98 % igual al de los humanos, siendo el tercero más cercano al hombre después de dos especies de chimpancés.