Theresa May ha explicado que los restos de envases y productos de plástico, muchos de los cuales acaban contaminado el mar, son "una de las lacras medioambientales de nuestros tiempos" y ha afirmado que muchos envoltorios que se utilizan en la actualidad "son innecesarios".

Entre las medidas propuestas por el Gobierno para limitar su uso destaca "alentar a los supermercados a introducir pasillos con productos sin plástico", explicó May en un acto en Londres. El Ejecutivo también planea extender a todo el comercio la obligación de cobrar al consumidor cinco peniques por cada bolsa de plástico (5,6 céntimos de euro), que hasta ahora solo se aplicaba a las tiendas con más de 250 empleados.

Estudiará además imponer una tasa de 25 peniques (28,23 céntimos de euro) sobre los contenedores desechables, como los que se utilizan para el café o la comida para llevar. May explicó que Reino Unido desempeñará un papel de liderazgo global en la eliminación de los residuos de plástico y, para ello, destinará fondos de cooperación internacional a ayudar a los países en desarrollo a gestionar sus desechos.

El programa del Gobierno para la protección del medioambiente incluye también iniciativas para que los agricultores gestionen sus tierras de manera sostenible; recuperar prados y bosques; reducir la contaminación y mejorar la gestión de los recursos.

Las organizaciones de defensa del medioambiente, así como la oposición política, han criticado sin embargo el plan gubernamental, al considerar que puede quedar sin efecto por la falta de legislación que lo respalde.