Cada año acaban en el mar entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas de plástico, los océanos son desde hace unos años el mayor vertedero de plástico, según la revista Science.

La ingestión de estas partículas provoca que, ballenas y tortugas enfermen y mueran debido a la obstrucción de las vías digestivas. Por otro lado, las aves pueden quedarse atrapadas, los peces pueden ver sus estómagos llenos de estas sustancias maliciosas para sus organismos y en la playa, la arena se puede unir con estas partículas. Éstos son algunos ejemplos de los problemas que afectan hoy en día a los océanos.

El problema, que puede provocar mayores daños en la salud humana, es la presencia de estos plásticos en la sal que llega a nuestros hogares, según revela el último número de la revista “Scientific reports” del grupo “Nature” gracias a la investigación de tres científicos del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante.

Este estudio tuvo lugar entre septiembre de 2016 y junio de 2017 en lugares representativos de todas las costas españolas del Atlántico (Galicia, Huelva y Cádiz), Mediterráneo (Barcelona, Gerona, Valencia, Murcia y Menorca) y Canarias (La Palma y Lanzarote). En esta investigación se ha llegado a la conclusión de que, en todas las playas hay plásticos en diferentes proporciones: de 60 a 280 micropartículas por kilo de sal, en su mayoría tereftalato de polietileno (PET, el 83,3 % del total), polipropileno (PP, el 6,7 %) y polietileno (PE, el 3,3 %).

Esta no es la primera investigación en la que se detecta plástico en la sal: Dos centros científicos de Shangai llegaron a la misma conclusión en 2015 en su investigación respectiva en las costas de China.

Esta investigación ha utilizado la siguiente técnica: tomar agua del mar, embalsamarla en lugares poco profundos y dejarlas al sol y al viento para que se evapore el agua ayudando a que la sal cristalice. Así se demuestra que el plástico queda atrapado en los cristales de la sal que denotan su contaminación.

Según la OMS, una persona debe adquirir al día 5 gramos diarios por lo que, de media, cada persona tomaría 510 micropartículas de plástico en un mismo día. Esta cantidad no es relativamente alta, el problema reside en que los plásticos pueden tardar siglos en degradarse de forma natural y al mismo tiempo, transferir a la cadena alimenticia otro tipo de contaminantes.