El barrio Olímpico de la ciudad colombiana de Mocoa cuenta con un polideportivo, calles embarradas, una gran estación de Policía y, desde hace unos días, un refugio gestionado por voluntarios que recibe, da tratamiento y cuida a los animales que sobrevivieron a la avalancha que asoló la localidad.

Este punto de recogida y ayuda de animales, ubicado desde el mismo día de la avalancha, una horas después de que la fuerza de los ríos Mocoa, Sangoyaco y Mulato, se llevara por delante buena parte de la ciudad y causase la muerte a más de 300 personas, además de damnificar a más de 1.500.

Muchos de ellos viven ahora en refugios temporales, donde por razones de higiene, seguridad y logística no pueden estar sus mascotas que las esperan pacientemente y saltan de alegría cuando vienen a visitarlos.

Entre las labores que ya han realizado estos voluntarios está la de vacunar a los animales, cuararles, proporcionarles ayuda así como medicinas y comida.

La mayoría de ellos son perros, entre ellos se encuentra una camada completa que se alimenta de una hembra que parió recientemente. La madre perdió a todos sus hijos menos a uno y un vecino encontró a otros cuatro cachorros.