El 'Ministerio de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales' británico ha anunciado esta medida, que viene motivada por la reducción de los altos niveles de polución que está sufriendo el país británico en los últimos tiempos, además de los problemas de salud que conllevan para las personas.

La norma entrará en vigor a partir de 2040 y se enmarca dentro del presupuesto de los 252 millones de euros que los británicos destinarán a la ayuda de los consejos locales para hacer frente a la contaminación de este tipo de vehículos.

En Francia se están llevando a cabo iniciativas similares. El propio gobierno está cambiando la flota de autobuses para reducir humos y las restricciones a conductores en algunas áreas específicas.