Cuando los investigadores de la División Antártica Australiana desplegaron un robot submarino operado remotamente bajo el hielo antártico para estudiar aspectos como la acidez, el oxígeno o la salinidad se encontraron con una sorpresa mayor.

En las imágenes han podido observar un mundo prospero bajo el hielo, formado por esponjas, gusanos semejantes a dientes de león, algas rosadas o estrellas de mar.

Esto ha demostrado, que la Antártida posee un hábitat productivo, colorido, dinámico y con gran biodiversidad y que, muchas veces, "las especies emblemáticas como pingüinos, focas y ballenas les suelen robar el espectáculo", ha afirmado Glen Johnstone, biólogo del equipo.

Las especies observadas pueden vivir en aguas de -1.5ºC durante todo el año y están cubiertas de hielo marino de 1,5 metros de espesor durante 10 meses.

Pero esta gran biodiversidad oceánica está en peligro por el aumento de la acidez de sus aguas polares que se ven doblemente afectadas que en las regiones tropicales o templadas.

También, se pueden ver alteradas por la ruptura del hielo marino como consecuencia del calentamiento global.