Este estudio que será publicado en la revista científica 'Journal of Climate', analiza la variabilidad de temperaturas multidecadal para estudiar la duración del verano en Europa entre 1950 y 2012.

De hecho, en concreto, el estudio señala que entre 1959 y 1978 el verano se acorta y tiende a durar un poco menos, mientras que en la segunda mitad tiende a alargarse.
La investigadora principal del informe Cristina Peña, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla ha explicado que en la primera mitad del periodo, el verano comienza más tarde y termina antes, mientras que en la segunda mitad, el estío empieza antes y concluye más tarde.

La investigación, realizada de forma conjunta con el expresidente de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y miembro del Departamento de Físicas de la Tierra de la Universidad Complutense de Madrid Ricardo García Herrera y David Barriopedro, del Instituto de Geociencias del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), trabaja con la temperatura local de cada lugar de Europa, es decir con observaciones reales obtenidos desde Internet, con una resolución de 0,5º de latitud, (más o menos 50 kilómetros) por 0,5º de longitud, procedentes de distintos observatorios desde 1950 y desde ahí se hacen interpolaciones.

La oscilación multidecadal del Atlántico es una variación que se produce en la temperatura de la superficie del Atlántico norte que varía de forma natural, de modo que hay décadas que tiene una anomalía positiva, en la que aumentan las temperaturas y viceversa.

Entre 1979 y 2012 el alargamiento del verano es "algo más de 6 días por década", de modo que al hablar de 34 años, el verano se ha alargado un total de 18 días. En el conjunto del periodo entre 1950 y 2012 la longitud del verano se ha extendido 2,4 días por década.

Sin embargo, la tendencia se acentúa después de 1979, cuando los ratios de ampliación del verano se extienden de 5 a 12 días por década, en el oeste de Europa y la región mediterránea.

Por otro lado, el estudio ha señalado que la tendencia "no es uniforme" en toda Europa, y que las más afectadas son la cuenca del Mediterráneo, Francia, Reino Unido, Grecia, Rumanía, Ucrania y Turquía, zonas que incluso superan la media de 6 días incluso supera, en algunos puntos, la media de 10 días estivales más. 

Por el contrario, en otras zonas la tendencia es menos o nada significativa, con en los países nórdicos. Asimismo, la investigadora ha añadido que la tendencia más destacada se produce en el inicio del verano, más que al final. De hecho, ha apuntado que al final de la temporada las diferencias son significativas únicamente en el este de Europa, donde el estío se prolonga entre uno y dos días por década.

En la investigación se considera el verano son los meses de junio, julio y agosto. Para encontrar la fecha del inicio del verano, han realizado una media climatológica para todos los meses de junio desde 1950 y se ha buscado el primer periodo de 30 días en que la temperatura media superaba el umbral de la media climatológica de junio.