El doctor Andy Mathis, un veterinario de Georgia, estaba a punto de terminar su jornada laboral y cerrar su clínica hasta el día siguiente, cuando recibió una llamada de una mujer para contarle que había encontrado a un pitbull moribundo abandonado en la carretera.

El veterinario no dudó un instante en decirle a la mujer que llevara al animal para examinarlo, y pudo comprobar como esta perra estaba desnutrida, tenía en su cuerpo numerosas heridas, casusadas seguramente por su anterior dueños, y  presentaba hipotermia. 

Además pudo comprobar como Graycie, nombre con el que deció llamar a la perra, estaba totalmente asustada y no dejaba, apenas, que el doctor se acercase. El motivo problamente sería por las secuelas que tenía a causa del maltrato del que, desgraciadamente, había sido víctima.

El veterinario consiguió curarle las heridas pero la perrita no quería comer y su salud empeoraba por momentos.  Pero el veterinario tuvo una idea. Decidió meterese junto a Gaycie dentro se su jaula y comer a su lado para que el animal perdiera el miedo y se diera cuenta que era un plato de comida inofensivo y que el doctor no tenía malas intenciones. 

Un gesto para recuperar la confianza que permitió que Graycie comenzara a ganar peso y comer mejor. Aunque, todavía, necesita tiempo para curarse física y emocionalmente del maltrato sufrido, sin duda fue un gran paso para que esta perrita pueda volver a vivir sana y feliz.