Visitamos a Artilujos, un equipo de artesanos que diseñan y fabrican muebles a partir de material reciclado. Ellos recuperan objetos deshechados para transformarlos en piezas únicas, desde paraguas convertidos en pufs hasta sillones realizados con tapones de corcho pasando por mesas con señales de tráfico, lámparas con tuberías de plomo o bobinas transformadas en hamacas. Una forma de aprovechar los desperdicios y transformarlos en algo útil, valioso y decorativo.

También visitamos la fábrica Tetra Pack, donde descubrimos la evolución del envase en los úlimos años. Desde hace 15 años, gracias a Ecoembes, las empresas han implantado más de 31.000 medidas de prevención, y cada año se ahorran 30.000 toneladas de materias primas para envases.

Un dato destacable es que, en los últimos años, los envases han reducido su peso considerablemente, por lo que se necesita menos materia prima para fabricarlos. Para envasar 1Kg de producto ahora son necesarios 68 gramos de envase mientras que hace 15 años hacían falta 81 gramos.

Por ejemplo:
>Un bote de yogur líquido pesa un 19% menos que hace 12 años.
>Una caja de cereales pesa un 11% menos que hace 12 años.
>Una botella de 1,5 l de agua pesa un 16% menos que hace 12 años.

El envase no es sólo el bote que contiene el producto. Los materiales que se utilizan para fabricar tapones o etiquetas deberían ser compatibles para el reciclado al ser del mismo material del que está fabricada la botella.

Además, a la hora de diseñar un envase, hay que pensar en el almacenamiento y en el transporte. Las botellas de base cuadrada consiguen un mejor aprovechamiento del espacio del camión y pueden llegar a hacer el transporte un 20% más eficiente. 

Es importante destacar que el envase tiene su ciclo de vida; un proceso que comienza con la extracción de la materia prima y finaliza con el reciclaje del envase. Si no reciclamos, el resto del proceso (si se ha seguido un criterio ecológico para fabricar dicho envase) no tiene sentido.