Por un lado, las frutas de primavera por excelencia son: fresas, kiwis, mandarinas, pomelos, albaricoques, cerezas, ciruelas, melocotones, nectarinas, melones y sandías.

Destacan aquí las riquísimas fresas, que dan mucho juego para elaborar bizcochos y tartas, además de batidos de fruta natural, ideales para la hora de la merienda. Las cerezas también comienzan a aparecer en primavera, aunque un poco más tarde. Esta es otra fruta que combina a la perfección con lácteos. También los albaricoques, que además les encantan a los pequeños de la casa.

Por otro lado, las verduras de primavera son: alcachofa, col, colifor, espárragos, habas, brócoli, espinacas, guisantes, lombarda, nabos, rabanitos, escarola, judía, pepinos, berenjenas, pimientos y tomates.

Una de las verduras más esperadas son los espárragos verdes o trigueros. Simplemente a la plancha con un buen aceite de oliva y un poco de sal, resultan de lo más apetecibles.

Al consumir frutas y verduras dentro de su calendario natural conseguimos una serie de ventajas que, de consumirlas fuera de temporada, no tendríamos. Así, podemos afirmar que las frutas y verduras de temporada:

-Ofrecen máxima cantidad y calidad de vitaminas y sales minerales y un desarrollo óptimo.

-Mejor sabor.

-Al aumentar su oferta en el mercado, los precios son inferiores.

-Puedes comprar grandes cantidades para hacer conservas y mermeladas que sí consumirás durante todo el año.

-En productos locales, el tiempo desde la recolección hasta su consumo será más reducido, repercutiendo en la calidad del producto.