Las recomendaciones respecto a la alimentación de los niños han cambiado con los años gracias a investigaciones y avances científicos. Según la OMS, la introducción de alimentos a la dieta del bebé no debe hacerse hasta los 6 meses, incluyendo comida y bebida que no sea leche materna o artificial.

En el caso de los zumos de frutas, os dejamos una serie de consejos con los que mejorar la dieta de los más pequeños.

- El zumo no ofrece absolutamente ningún beneficio nutricional en bebes menores de 6 meses, para los que la leche materna es el mejor alimento.

- El zumo industrial tampoco tiene ventaja alguna sobre la fruta fresca ni en niños, ni en adultos. De hecho, algunas bebidas de frutas se suplementan con leche para hacerlas ricas en calcio pero carecen de los nutrientes necesarios por lo que sería más conveniente tomar zumo, por una parte, y la leche habitual por otra.

El zumo natural puede formar parte de la dieta habitual siempre que se consuma como parte de una dieta equilibrada y en cantidades moderadas.

- Para evitar o prevenir la caries dental derivada del consumo excesivo, el zumo no debería suministrarse en biberones o tazas antigoteo de las que el niño pueda disponer a su antojo, sino de manera puntual y en un vaso, y nunca cuando el bebe o niño va a irse a dormir.

No es apropiado usarlo como sustituto del agua para tratar la deshidratación ni para controlar la diarrea.

El consumo debería limitarse a una ración diaria de menos de 200 ml en niños menores de 6 años o de no más de 350ml en niños de más de 7 años.

El consumo responsable de estas bebidas es labor de los padres, que son los que tienen que fomentar el consumo de fruta fresca a diario y  enseñar a sus hijos a reservar los zumos y bebidas de frutas para ocasiones especiales.