Para disfrutar de un verano tranquilo y seguro para tu pequeño, debes tener presente algunos consejos sobre alimentación.

Más frutas y verduras
Durante los meses más cálidos, es aconsejable optar por una alimentación basada en el consumo de verduras  y frutas de temporada.  La mejor opción es elegir alimentos ricos en agua para dar al niño la hidratación necesaria Asimismo, es importante introducir calcio en su alimentación, con leche y lácteos a diario.

Calcio, calcio y más calcio
Este tipo de lácteo es una buena alternativa a la leche. Su consistencia y sabor delicados lo hacen más apetecible para nuestros pequeños. Además, en verano es una opción fresca y agradable.

Los batidos de fruta también son una opción muy buena.
El calcio se encuentra en otros alimentos como el queso fresco, verduras, legumbres, frutos secos, etc.

Mantener frescos los alimentos
Recomendamos que transportéis  los alimentos o la comida de los niños en frío, con la ayuda de una nevera.

Un plato único
En verano es común que nuestros hijos estén inapetentes debido al calor, por eso ofrecerles un plato único. Si está bien preparado y cumple las necesidades nutricionales será la opción ideal.  Debe estar compuesto por proteínas, almidón y una cantidad reducida de grasas.

Menos apetito del habitual
El calor tiende a reducir la necesidad de calorías y el apetito. Es común que nuestros hijos tengan menos apetito y coman menos. Os recomendamos que respetéis  sus ritmos.

Cocción sana y aceite de oliva
Las formas de cocción más recomendables son al vapor, al horno y a la papillote. Como condimento, el ideal es el aceite de oliva. Es preferible  evitar los fritos.