La leche materna es el alimento principal de los bebés pero, a partir de los seis meses, esta debe ir acompañada de alimentación complementaria como papillas. Pero ahora, está cobrando más fuerza entre los pediatras el 'Baby led weaning' (BLW) una nueva técnica que hace al bebé protagonista de su transición hacia los alimentos sólidos.

Esta tendencia consiste en ofrecer al niño trozos de alimentos como los que toma el resto de la familia, sin exceso de sal o azúcar. El propio bebé será el que empiece a degustarlos con sus propias manos y elija que alimento tomar en cada caso. De esta forma, el método ayudaría a que el pequeño coja autonomía a la hora de comer.

Pero esta "nueva moda" también tiene detractores que opinan que aumenta el riesgo de que el niño se atragante o se produzca alguna deficiencia nutricional.

"Hace que el niño participe activamente en su comida y también regula las cantidades que come. Eso es positivo aunque, depende de cada niño, se puede alimentar el riesgo de atragantamiento. Y también permite una menor variedad de alimentos que un triturado, todo depende de la calidad de la dieta de los padres", ha explicado el coordinador del Comité Nutricional de la Asociación Española de Peadiatría (AEP), José Manuel Moreno Villares.

Este experto recomienda que el método se combine con los alimentos triturados para que la oferta sea más variada.

Entre los alimentos que se le pueden ofrecer mediante el método BLW pueden estar las hortalizas y verduras bien hervidas como la patata o la zanahoria, el pan, el pescado o la fruta muy blanda como la pera madura, que además contiene gran cantidad de agua. 

Hay que evitar los alimentos que sean más duros, como la manzana o una zanahoria cruda, que pueden aumentar el riesgo de atragantamiento. 

El pediatra también insiste en la importancia de ser perseverante con el niño y no obligar. "Un niño que al nacimiento recibe leche y todos los demás sabores le son extraños para conocerlos tiene que tener una exposición repetida para que se le haga propio. Poco a poco, y de una forma u otra que debe ser para cada niño distinta, hay que ofrecerles en esa alimentación complementaria algunos trocitos, otros en puré. El método que mejor valga para que el niño vaya aceptando otros sabores y texturas", ha concluido.